domingo, octubre 08, 2006

RENOVARSE O MORIR

Y no cabe duda que es muy cierto, pues sin importar el medio que sea, o a qué se dedique, el ser humano tiende a ser muy conformista por naturaleza, y en muchas ocasiones no le interesa sobresalir o demostrar la máxima capacidad de la que es capaz de tener, pues al no conseguir lo necesario para sobrevivir día con día se olvida de las prioridades profesionales obligándose a entregar trabajos mediocres o de una mínima calidad. Esto sucede en todas partes del mundo.

Es muy triste ver, desde mi particular punto de vista, cuando algún compañero de trabajo o amigo, sea de la profesión a que se dedique, al momento de sobresalir, les corroe la envidia a sus demás compañeros y en lugar de felicitarlo se comienza a criticar y a demeritar sus logros que sus capacidades laborales o artísticas le llevaron a conquistar y sobresalir en su trabajo.




Desgraciadamente el mundo Editorial en México no se escapa a este estigma, y para mí ha sido muy triste el darme cuenta lo viciado que está nuestro medio a nivel artístico.
Editorial Vid fue mi primer salón de clases de la vida real, y le llamo así porque a pesar de tener los consejos de Oscar y su papá, la experiencia era solo mía, pues trataba con los editores, escritores, entintadores, etc., y me percaté de que no todo era color de rosa en el mundo editorial. Recuerdo cuando entregué mi primer número completo (trazo y tinta) desperté los más bajos instintos de mis “compañeros” dibujantes (qué dramático ¿no creen? ) increíblemente me hice de enemigos sin proponérmelo, ya que la rapidez con la cual entregaba, (15 días tomando en cuenta mi novatés) el exigir un pago más justo y sobre todo no dejarme mangonear por los pseudoeditores repercutió en los demas dibujantes, quienes en lugar de preocuparse por la calidad de su trabajo, se dedicaban a criticarme y a tirar mala onda a diestra y siniestra esto, claro, cuando les daba la espalda.
En lo personal siempre creí que la mediocridad jamás tocaría a este fantástico mundo y hablo a nivel artístico, esto me decepcionó a nivel personal y lo peor, me podía viciar por la mediocridad con la que penzaban mis entonces “compañeros”.




Afortunadamente contaba con el apoyo de los González quienes siempre me recordaban el entregar el máximo en cada trabajo que hiciera, y Oscar papá me decía siempre una frase que hasta la fecha me retumba en mi cabezota: ” Siempre has tu mejor trabajo, ya que nunca sabrás a quién te puedes encontrar en cualquier momento, ni el trabajo que le vas a mostrar”. ¡Caray, creo que eso dice todo, ¿no? La moraleja de esta historia es que en este medio no nos podemos confiar, ya que es demasiado competitivo (como cualquier otro trabajo) y nunca sabes quien viene detrás de ti, ni la calidad de su trabajo, pues a diferencia de otros que se consiguen por recomendaciones, en éste la única recomendación que sirve es la de tu mano, pues claro está, que un diploma por más bonito que esté jamás podrá dibujar por ti.
Por eso amigos colegas, en lugar de tener envidias y preocuparse si te dan trabajo o no, échenle ganas para ser los mejores.

MAZINGER Z

¡Puf! Hablar de Mazinger Z, en serio es hablar de palabras mayores, tal vez es el personaje más importante de mi niñez, al grado que me hizo cometer algunas faltas que me costaron severas reprimendas de mis padres. Estoy seguro que algunos de ustedes compartirán conmigo a este personaje, pero no el que todos conocen: blanco y negro, ¡no! yo habló del Mazinger rojo. Qué dijeron, ¿y éste qué tomó? o de cuál fumó... ¡De ninguna señores!




En 1978 Editorial Valenciana editó un Tebeo (cómic, en España) con el título de Mazinger-Z, el Robot de las Estrellas, basado en la película de nombre “Mazinger-Z, The Iron Superman”, producida por Goler Films S.A., y dibujada por José Sanchis, creador del simpático gatito “Pumby”.
Sí, no estoy soñando, los Kaboones se sorprendieron de esto que les estoy platicando. Yo lo conocí por medio de un compañero de la primaria, Faustino, ¡Je! cómo olvidarlo, pues me veía la cara a cada rato.

Faustino sabía de mi gusto por las historietas y lo aprovechó muy bien , ya que no sé de dónde conseguía los tebeos originales, yo iba en 4º. ó 5º. de primaria, no lo recuerdo bien, pero me encontraba con escasos 8 años, y mi afición por los cómics ya estaba bien definida, cosa que aprovechó mi amigo, y me los vendía en 100 pesos, ¡imagínense lo que valían en aquel tiempo!




Ahora reconozco que lo que hice estuvo mal, pero era la niñez, y cuando algo me llamaba la atención, ya no había forma de cambiarlo, y pues esto hice: le tomaba dinero a mi papá sin que él se diera cuenta y salía corriendo a la escuela, Faustino por su parte me esperaba en la puerta del salón y me enseñaba los tebeos de Mazinger-Z ¡Dios, era oro para mí!




Así hice mi colección del Mazinger Rojo, claro, también hice una colección de nalgadas por parte de mis papás cuando se daban cuenta que les faltaba dinero.
Aunque estaba muy mal lo que yo hacía, ahora al recordarlo mis papás y yo, soltamos tremendas carcajadas a causa de mis diabluras.

Recuerdo todavía aquel verano del ´78, “Mazinger-Z, el Robot de las Estrellas”, la película, ¡no lo podía creer! pero por desgracia no llegó a México, hasta donde yo sé, lo cual me deprimió mucho. Aquí pongo unas imágenes que Oscar me ayudó a buscar, para que vean que no estoy loco, y que sí existió el Mazinger Rojo.




Más tarde, en 1979 Faustino llegó con un tebeo, pero éste era diferente a los demás, su formato era más de novela gráfica y trataba acerca de otro Mazinger-Z, éste era en blanco y negro, me desconcertó demasiado y pues ya se imaginarán lo que pasó... ¡Lo compré!




Todavía lo recuerdo, era Mazinger-Z vs Grencus G-3, aquel famoso mostruo de las voleas gigantes. ¡Sí, iñor! Qué tiempos, imagínense lo que pasó conmigo cuando televisaron la serie en México... (jamás me iba a imaginar que 21 años después Oscar González Loyo me regalaría un tebeo original de Mazinger-Z unos días antes de mi cumpleaños, bueno, esa es otra historia que ya les contaré).

Sin Palabras...